que la existencia de Dios podía deducirse aun por la simple luz de la razón, pero no todos ellos formularon razonamientos demostrativos. Aquino nos recuerda que el primer intento de una demostración racional se halla en la literatura cristiana de Atenágoras, escrita en el siglo segundo (177 d.C.). También se refiere a los razonamientos que dieron fama a San Agustín: argumentos metafísicos y teológicos sobre grados de perfección y acerca de la concepción del universo, los que fueron incorporados en
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